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Androide 21 (アンドロイド21) es el verdadero Persona de Androide 21 y es la representación pura de la bondad que reside en ella. También es la creadora de Androide 22 y Androide 23. Su intelecto rivaliza con el del Dr. Gero, salvo que ella es más inteligente, lo que la convierte en uno de los seres más inteligentes de la Tierra, sólo superado por su creación, Androide 22. También es la jefa científica de Ratatoskr.
La Androide 21 buena representa el lado bueno de su yo original, de forma similar a como el Buu bueno representa los aspectos buenos del Buu inocente. Aunque conserva su hambre, es más capaz de controlarla gracias a la eliminación de su mitad malvada y a su vínculo con el alma humana que se había unido a la Androide 18.
Durante una discusión con el alma, revela que técnicamente «no tiene ni diez años» y que fue construida a imagen y semejanza de una mujer humana con el coeficiente intelectual de un adulto, señalando que se siente como si hubiera perdido su adolescencia. También se muestra que desconfía del temperamento de Vegeta, como se muestra en un diálogo especial entre ella, Vegeta y Gotenks cuando Vegeta la amonesta junto con Gotenks cuando se habían distraído, haciendo que ambos hicieran con miedo lo que él les indicaba y se concentraran en el enemigo.
EL BUEN ANDROIDE 21 SE VUELVE ABSOLUTAMENTE LOCO EN
En su verdadera forma, tiene exactamente el mismo aspecto que el Androide 21 (Bueno), excepto que tiene los ojos rojos y la esclerótica negra, además de tener un ligero color rosa en el pelo, a diferencia del color blanco puro del bueno.
Al comer y absorber a Célula, sufre una transformación en la que su piel se vuelve gris y tiene manchas de color púrpura oscuro por todo el cuerpo, como las de Célula. También adquiere un tinte púrpura en su pelo.
Como se ha señalado, este lado de Androide 21 es pura maldad, no teniendo más que un deseo de comer y ganar más poder, teniendo un fuerte deseo de devorar a todos los Guerreros Z para satisfacer sus necesidades, y puede ser visto como cerca de la locura. Sin embargo, esto no nubla su pensamiento, ya que es capaz de hacer pensamientos racionales, y evalúa la situación en cuestión. Sádico y sociópata, 21 llegará a extremos para conseguir el poder que desea.
En consonancia con su naturaleza malvada, Androide 21 estaba disgustada con la forma de pensar y los puntos de vista de su yo bueno, que no tenía voluntad ni deseo de consumir a otros por su poder (similar a Frieza, que está disgustado por el buen corazón de Goku). Sin embargo, también se sentía complacida, pues creía que nadie podía interponerse en su camino para evitar que comiera, muy similar al Buu bueno y al Buu malvado. Su personalidad se asemeja a la de Androide 21 de los arcos anteriores, ya que en esos arcos está esencialmente bajo el control total de su personaje malvado. Al encontrarse con Goku, Evil 21 se deshace en elogios en su presencia, refiriéndose a él como su «dulce Goku» y proclamando sus intenciones de comérselo, relamiéndose ante la idea de consumirlo. Sin embargo, reconsidera la posibilidad de enfrentarse a él, ya que decide dejar lo mejor para el final, presumiblemente debido a la influencia de las células de Cell, aunque aprovecha la oportunidad para «enganchar» la Transmisión Instantánea, que utiliza para escapar. Aunque finalmente empieza a perder el control al quedarse sin clones volviéndose más impulsiva y centrada en alimentar su hambre.
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Tanto el editor Bandai Namco Entertainment como el desarrollador de Dragon Ball FighterZ Arc System Works comercializaron a Androide 21 como creado o diseñado por Akira Toriyama cuando el personaje fue presentado por primera vez en material promocional y de marketing para FighterZ en septiembre de 2017. [2] Uno de los tráilers utilizaba la frase «Personaje original supervisado por Akira Toriyama», lo que fue interpretado por Kyle Hilliard de Game Informer como una implicación de que, aunque Toriyama no la haya dibujado para el juego, está involucrado en su dirección visual y concepción.[2] Los desarrolladores aclararon más tarde en una entrevista que se les ocurrió
Los desarrolladores aclararon más tarde en una entrevista que idearon la historia del juego por su cuenta y crearon el marco para el tipo de personaje que sería Androide 21, mientras que Toriyama la diseñó dentro de dichos parámetros[3] Los desarrolladores buscaron la opinión de Toriyama porque querían un diseño elegante para un personaje que se transformara, con la esperanza de que la participación de Toriyama en el aspecto visual del juego generara interés y atrajera a posibles fans. [4] Según la productora Tomoko Hiroki, se informó a Toriyama del argumento del juego y de lo que los desarrolladores querían para el personaje, como su género y su personalidad, y se le dejó dibujar el personaje como considerara oportuno. 3] Toriyama tuvo en cuenta las sugerencias sobre Androide 21 y finalizó su diseño, pero no participó en ninguna aportación directa a su historia. 5] Toriyama señaló que el juego en sí era una parte oficial del canon general de Dragon Ball. 6]
Androide 21 (bueno) y Androide 18 y Androide 16 contra Célula
Androide 21 es descrita como una científica alta y curvilínea con gafas y pelo largo y tupido de color castaño. Tiene un anillo de oro en el dedo corazón de la mano izquierda y las uñas negras. Lleva un par de pendientes de aro, un vestido corto de cuello alto con estampado de cuadros azules y rojos, sin mangas, con medias negras opacas, mangas de brazo negras y botas de tacón azules y rojas. Sus ojos son similares a los de los Androides del Dr. Gero, como el Androide 18.
En su forma verdadera, la Androide 21 mantiene su cuerpo curvilíneo, su piel se vuelve rosa, su pelo se vuelve de un tono más pálido, sus orejas se vuelven puntiagudas, sus ojos cambian dependiendo de si su mitad malvada toma el control, y gana una cola. Su atuendo cambia a un top negro, manteniendo las mangas negras de los brazos, y también gana pantalones blancos holgados. Se observa que en esta forma se parece más a un Majin.
Androide 21 revela en una charla privada con el jugador que, aunque tenga la apariencia de un adulto, en realidad tiene menos de diez años, y lamenta no haber tenido una adolescencia, encontrando incómodo que los niños pequeños la llamen «señora».